LA CUMBIA
“La cumbia constituye una expresión artística de la Costa Caribe, de donde se difundió por todo el interior de Colombia y se proyectó en términos mundiales. En el exterior cumbia es sinónimo de Colombia: la cumbia es pues, el aire musical que nos ha identificado internacionalmente.” Así lo afirma el antropólogo Aquiles Escalante.
Sobre los orígenes de la cumbia asegura que “nuestra Costa Caribe presenta los mismos orígenes raciales, sociales y culturales. De ahí que la cumbia hubiera aparecido en diferentes sitios. Sin embargo, la única región de donde poseemos información escrita es Cartagena de Indias, a comienzos del siglo pasado.
Según la relación conocida durante las fiestas de Nuestra Señora de la Candelaria, en la parroquia del pié de la Popa, en una gran sala y en forma alternada se sucedían un baile de primera, uno de segunda y el otro de tercera, según las mezclas raciales. Sin embargo la gente pobre, libres y esclavos, negros, pardos, labradores, carboneros, carreteros y pescadores, bailaban al son de tambores africanos, hombres y mujeres en un ruedo, pareados, pero sin darse las manos, dando vueltas alrededor de los tamborileros. Junto a estos estaba un coro, cantando y tocando palmas.
Los indios también participaban en las fiestas, pero bailaban al son de las gaitas; hombres y mujeres, en parejas, se daban la mano en la rueda, teniendo a los gaiteros en el centro y sin el bullicioso canto africano.
Poco a poco el currulao de los negros fraternizó con la gaita de los indios; los dos grupos étnicos se reunían para bailar, acompañando las gaitas a los tamboreros. Así nació la cumbia, fruto de la fusión de la melodía de la gaita, aporte indígena y el tronar de los tambores africanos.
En conclusión la cumbia es producto del aporte del indio, del español y del negro, pero no es india, ni española, ni negra. Es costeña.”
Según la revista Huellas de la Universidad del Norte, volumen 3 # 5 de marzo de 1.982 los autores Margarita Abello, Mirta Buelvas y Antonio Caballero Villa señalan en el artículo titulado “Tres culturas en el Carnaval de Barranquilla” que “...nada mas apropiado para invocar a la cumbia, prototipo musical de la fusión
de las tres culturas formativas (indígena, africana y española). En el ámbito organológico, la percusión de los tambores recoge el acento africano.
Los tres tambores que intervienen en la cumbia generan cada uno un esquema rítmico independiente, en planos percutivos que, aunque distintos están perfectamente equilibrados. Tal particularidad procede de los tambores africanos, y en un principio resultó exótico a los oídos europeos (Linares 1.974:14) La melodía de la flauta confirma la presencia indígena.
También en la coreografía es fácilmente apreciable el sincretismo de las tres etnias: los movimientos suaves de la mujer son atribuidos a la ascendencia indígena; las contorsiones, los gestos y el cortejo del varón corresponden al elemento africano; y el baile en parejas y la utilización del sombrero es propio del ancestro español.
Los populares “bailes con sombrero” difundidos por toda América, parecen hundir sus raíces en la gallarda que vino de Europa a invadir los salones aristocráticos del nuevo reino. A ésta estirpe pertenecen el “baile del sombrerito” en Argentina; la cumbia de Colombia; el jarabe tapatío en México y la “montonera” en Perú.”
En el suplemento del Caribe titulado “Gajos de Corozo, Flor de la Habana” de 1.979, los mismos autores señalan describiendo a la cumbia que “alrededor del grupo de músicos, parejas rotan incesantes al compás de movimientos de cortejo sensual, dotados con una enorme fuerza plástica, en el mismo sitio, sin desplazamiento, el baile alcanza fácilmente la madrugada. Así sucede en los pueblos, villorrios y caseríos. Y así ocurría en Barranquilla hace algunos años. La esquina de la calle soledad con carrera 23 era cita de cumbia cada 11 de noviembre para celebrar la fiesta de San Martín.”
La folclorista Maria del Carmen Meléndez, asegura en su libro Didáctica del Folclor Caribe que sobre la cumbia “nuestros folclórologos no se han puesto de acuerdo aún, ya que algunos consideran que la característica más importante en el aspecto cultural de la cumbia, es la que la define como baile recreativo y de conquista amorosa. Otros consideran que la cumbia es un lamento. El maestro José Barros, en su teoría, sostiene que ésta no es negra, sino pocabuyana. Pocabuy, para resaltar a los indios caídos en batallas. También se considera danza ritual, desde el punto de vista folclórico.
Existen varias teorías sobre el origen de la cumbia. Aquí solo reseñaremos dos de las más importantes: Algunos estudiosos del tema afirman que el origen de la cumbia se remonta al siglo XVIII. Se dice que surgió del contacto de negros e indios durante la servidumbre colonial. Dicho contacto hizo posible la fusión de la alegre e impetuosa resonancia del tambor africano con la melancólica flauta indígena. Le atribuye otra teoría a la cumbia, un origen indígena, ya que éste era un baile acostumbrado en algunas tribus que moraban en el llamado Pocabuy. Este baile se realizaba con el propósito de homenajear a los jefes caídos en batallas.
Pero a pesar del gran esfuerzo que argumentaron las teorías indígenas en favor del origen precolombino de la cumbia, jamás se podrá negar el grandioso y determinante aporte negro en el proceso del mestizaje que gestó éste baile que hoy llamamos cumbia, cuyo surgimiento ubicamos geográficamente en la Costa Norte de Colombia, e históricamente, en la época de la colonia; época en que se difundió en las provincias de Cartagena y Santa Marta y en los valles del Sinú”.
Es la expresión más representativa de la herencia de las tres vertientes que alimentaron la cultura de éstas tierras Latinoamericanas y es uno de los ritmos que mas identifica al Carnaval.
La coreografía tradicional de la cumbia es un baile altivo, de galanteo, propio del Caribe Colombiano. Los bailadores hacen una rueda de parejas que giran en sentido contrario de las manecillas del reloj. En el círculo interior se desplazan los hombres y en el exterior las mujeres. La actitud de la mujer es de coquetería, en tanto que el hombre busca lucirse a través del sombrero, costumbre ésta muy popular en el Caribe Español, México, Cuba, Puerto Rico y Panamá. Para adaptarse a los desfiles de carnaval, la cumbia tuvo que imitar la marcha de las danzas.
La mujer marca el ritmo de la cumbia con movimiento de oscilaciones laterales de las caderas, ejecutadas en forma natural, deslizando los pies sobre el piso sin llegar a levantarlos. Esto se manifiesta en la posición serena y erguida con que se desplazan mostrando la elegancia y el señorío de la mujer.
El hombre tiene mayor libertad de movimientos ya que el ritmo lo marca sólo con los pies, apoyándose de tal manera que mantenga levantado el talón del pie derecho.
“La cumbia constituye una expresión artística de la Costa Caribe, de donde se difundió por todo el interior de Colombia y se proyectó en términos mundiales. En el exterior cumbia es sinónimo de Colombia: la cumbia es pues, el aire musical que nos ha identificado internacionalmente.” Así lo afirma el antropólogo Aquiles Escalante.
Sobre los orígenes de la cumbia asegura que “nuestra Costa Caribe presenta los mismos orígenes raciales, sociales y culturales. De ahí que la cumbia hubiera aparecido en diferentes sitios. Sin embargo, la única región de donde poseemos información escrita es Cartagena de Indias, a comienzos del siglo pasado.
Según la relación conocida durante las fiestas de Nuestra Señora de la Candelaria, en la parroquia del pié de la Popa, en una gran sala y en forma alternada se sucedían un baile de primera, uno de segunda y el otro de tercera, según las mezclas raciales. Sin embargo la gente pobre, libres y esclavos, negros, pardos, labradores, carboneros, carreteros y pescadores, bailaban al son de tambores africanos, hombres y mujeres en un ruedo, pareados, pero sin darse las manos, dando vueltas alrededor de los tamborileros. Junto a estos estaba un coro, cantando y tocando palmas.
Los indios también participaban en las fiestas, pero bailaban al son de las gaitas; hombres y mujeres, en parejas, se daban la mano en la rueda, teniendo a los gaiteros en el centro y sin el bullicioso canto africano.
Poco a poco el currulao de los negros fraternizó con la gaita de los indios; los dos grupos étnicos se reunían para bailar, acompañando las gaitas a los tamboreros. Así nació la cumbia, fruto de la fusión de la melodía de la gaita, aporte indígena y el tronar de los tambores africanos.
En conclusión la cumbia es producto del aporte del indio, del español y del negro, pero no es india, ni española, ni negra. Es costeña.”
Según la revista Huellas de la Universidad del Norte, volumen 3 # 5 de marzo de 1.982 los autores Margarita Abello, Mirta Buelvas y Antonio Caballero Villa señalan en el artículo titulado “Tres culturas en el Carnaval de Barranquilla” que “...nada mas apropiado para invocar a la cumbia, prototipo musical de la fusión
de las tres culturas formativas (indígena, africana y española). En el ámbito organológico, la percusión de los tambores recoge el acento africano.
Los tres tambores que intervienen en la cumbia generan cada uno un esquema rítmico independiente, en planos percutivos que, aunque distintos están perfectamente equilibrados. Tal particularidad procede de los tambores africanos, y en un principio resultó exótico a los oídos europeos (Linares 1.974:14) La melodía de la flauta confirma la presencia indígena.
También en la coreografía es fácilmente apreciable el sincretismo de las tres etnias: los movimientos suaves de la mujer son atribuidos a la ascendencia indígena; las contorsiones, los gestos y el cortejo del varón corresponden al elemento africano; y el baile en parejas y la utilización del sombrero es propio del ancestro español.
Los populares “bailes con sombrero” difundidos por toda América, parecen hundir sus raíces en la gallarda que vino de Europa a invadir los salones aristocráticos del nuevo reino. A ésta estirpe pertenecen el “baile del sombrerito” en Argentina; la cumbia de Colombia; el jarabe tapatío en México y la “montonera” en Perú.”
En el suplemento del Caribe titulado “Gajos de Corozo, Flor de la Habana” de 1.979, los mismos autores señalan describiendo a la cumbia que “alrededor del grupo de músicos, parejas rotan incesantes al compás de movimientos de cortejo sensual, dotados con una enorme fuerza plástica, en el mismo sitio, sin desplazamiento, el baile alcanza fácilmente la madrugada. Así sucede en los pueblos, villorrios y caseríos. Y así ocurría en Barranquilla hace algunos años. La esquina de la calle soledad con carrera 23 era cita de cumbia cada 11 de noviembre para celebrar la fiesta de San Martín.”
La folclorista Maria del Carmen Meléndez, asegura en su libro Didáctica del Folclor Caribe que sobre la cumbia “nuestros folclórologos no se han puesto de acuerdo aún, ya que algunos consideran que la característica más importante en el aspecto cultural de la cumbia, es la que la define como baile recreativo y de conquista amorosa. Otros consideran que la cumbia es un lamento. El maestro José Barros, en su teoría, sostiene que ésta no es negra, sino pocabuyana. Pocabuy, para resaltar a los indios caídos en batallas. También se considera danza ritual, desde el punto de vista folclórico.
Existen varias teorías sobre el origen de la cumbia. Aquí solo reseñaremos dos de las más importantes: Algunos estudiosos del tema afirman que el origen de la cumbia se remonta al siglo XVIII. Se dice que surgió del contacto de negros e indios durante la servidumbre colonial. Dicho contacto hizo posible la fusión de la alegre e impetuosa resonancia del tambor africano con la melancólica flauta indígena. Le atribuye otra teoría a la cumbia, un origen indígena, ya que éste era un baile acostumbrado en algunas tribus que moraban en el llamado Pocabuy. Este baile se realizaba con el propósito de homenajear a los jefes caídos en batallas.
Pero a pesar del gran esfuerzo que argumentaron las teorías indígenas en favor del origen precolombino de la cumbia, jamás se podrá negar el grandioso y determinante aporte negro en el proceso del mestizaje que gestó éste baile que hoy llamamos cumbia, cuyo surgimiento ubicamos geográficamente en la Costa Norte de Colombia, e históricamente, en la época de la colonia; época en que se difundió en las provincias de Cartagena y Santa Marta y en los valles del Sinú”.
Es la expresión más representativa de la herencia de las tres vertientes que alimentaron la cultura de éstas tierras Latinoamericanas y es uno de los ritmos que mas identifica al Carnaval.
La coreografía tradicional de la cumbia es un baile altivo, de galanteo, propio del Caribe Colombiano. Los bailadores hacen una rueda de parejas que giran en sentido contrario de las manecillas del reloj. En el círculo interior se desplazan los hombres y en el exterior las mujeres. La actitud de la mujer es de coquetería, en tanto que el hombre busca lucirse a través del sombrero, costumbre ésta muy popular en el Caribe Español, México, Cuba, Puerto Rico y Panamá. Para adaptarse a los desfiles de carnaval, la cumbia tuvo que imitar la marcha de las danzas.
La mujer marca el ritmo de la cumbia con movimiento de oscilaciones laterales de las caderas, ejecutadas en forma natural, deslizando los pies sobre el piso sin llegar a levantarlos. Esto se manifiesta en la posición serena y erguida con que se desplazan mostrando la elegancia y el señorío de la mujer.
El hombre tiene mayor libertad de movimientos ya que el ritmo lo marca sólo con los pies, apoyándose de tal manera que mantenga levantado el talón del pie derecho.
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