jueves, 17 de febrero de 2011

EL CONGO


La danza de Congo es la danza más típica y popular del Carnaval de Barranquilla, y está compuesta por parejas de hombres danzantes que van acompañados por un grupo de mujeres, por algunos travestidos y una legión de disfraces de animales. Va detrás un conjunto de músicos que tocan tambor, guacharaca y palmas, junto con un coro y un cantador que vocea los versos. Es una danza guerrera y se compone de una o varias cuadrillas de “negros” disfrazados con trajes multicolores, adornados con profusión de flores de papel, arandelas, cintas, encajes, lentejuelas, espejos y cascabeles, por lo cual todo el conjunto resulta muy llamativo. Según la folclorista Delia Zapata Olivella, este tipo de danza fue popular en otras
épocas en Portobelo y Colón (Panamá) y en Cartagena de Indias.
Entre las músicas que se interpretan en los desfiles carnestoléndicos son notorios estos golpes de congo, que acompañan a las danzas de su mismo nombre. De esta danza se dice que es uno de los aportes de los antiguos Cabildos negros de los tiempos coloniales, que se celebraban en Cartagena de Indias en ocasiones festivas (la principal de ellas, la celebración de la Virgen de la Candelaria) y llegaron al Carnaval de Barranquilla atraídos por el crecimiento económico y poblacional de esta ciudad.

Música y coreografía
Su organología es menos compleja que en otras danzas y está compuesta por el tambor cónico alegre, que va desarrollando una base rítmica permanente mientras se van interpretando versos alusivos a las fiestas, acompañados por una guacharaca (de 70 centímetros de largo aproximadamente), instrumento que se ejecuta friccionando sus estrías con un trinche de hueso o metal, y por golpes de palmas que cumplen un papel musical-rítmico importante desarrollando un pulso permanente. El instrumento protagónico es la voz desarrollando una línea melódica igual para todos los grupos de congos, verseando sobre temas alegóricos a los mismos congos, a las reinas del carnaval, a sucesos o anécdotas de las fiestas y se acompaña de un coro responsorial cuyas voces normalmente repiten la ultima parte de cada verso varias veces, hasta que es interrumpido nuevamente por el solista para terminar su fraseo musical.
Otra de las características de estos verseadores es la expresión de júbilo ¡Que Viva! que suele utilizarse en medio o al final de los versos para elogiar a la reina, a ellos mismos y a personajes importantes de la vida cotidiana del momento. En esta danza por lo general participan hombres de edad adulta, con participación activa en la mayoría de los desfiles programados en el carnaval.
El orden jerárquico --musicalmente-- parte desde el cantador y sigue con tamboreros, guacharaqueros y respondedores. La estructura del canto es una llamada y su respuesta, donde hay un solista que guía el canto y le contestan los respondedores. Hay un golpe de llamada,utilizado para convocar a reunirse, igual que sucedía en las sociedades tribales del África.
También están: el golpe de baile (uno callejero, otro del baile de casa) y un golpe de retirada.
El ritmo característico de las danzas de congos que aún permanecen en el Carnaval de Barranquilla conserva el perfil sonoro propio y tradicional de los sones de negro, aunque mantiene su diferencia por la especificidad de un determinado golpe de tambor que identifica cada danza (la singularidad de cada golpe va ligada a la “personalidad” del tamborero que lo ejecuta). Lo anterior permite diferenciar entre sí e identificar los toques de danzas como El
Congo Grande, El Torito, El Toro Grande, El Perro Negro, El Torito Ribeño, El Congo Reformado y El Congo Carrizaleño.
Los danzantes marchan al ritmo de la música con movimientos de marcación acentuados, cuatro
tiempos hacia la derecha y hacia la izquierda alternativamente, balanceándose en forma cadenciosa. En actitud guerrera, los brazos pueden llevarse levantados o blandiendo el machete o la garrocha. Las mujeres bailan desplazándose hacia la derecha y hacia la izquierda, moviendo los hombros y con la falda sujeta con las manos para poder batirla. En ocasiones, tanto la mujer como el hombre dan vuelta sobre sí mismos. La fauna (los disfrazados de animales) retoza, haciendo la mímica que corresponda. Existen dos figuras fundamentales en la danza:
el paso de marcha, cuando se desplazan formando una columna de parejas de hombres enganchados por los brazos en una fila y van describiendo movimientos en forma de culebreo, de caracol o mariposa. La otra figura es el baile de casa, que se realiza entre parejas, danzando en un sitio estacionario y rodeado de los otros miembros del grupo, que hacen palmas.

Vestuario
El pantalón tradicional es de satín y tiene parches en las rodillas, que son en forma de copa o
cuadros; las botas de los pantalones rematan en arandelas de diferentes colores; por los laterales lle van cintas y letines. La camisa es manga larga, con pechera o peto de la misma tela de la capa, las cuales se decoran con figuras de animales hechas con lentejuelas. Usan un turbante adornado con flores artificiales de colores muy vistosos. De la parte de atrás del turbante sale una cola --o penca—larga que casi llega a los talones, adornada con cintas,
lazos, encajes, etc.; en la parte delantera del turbante llevan uno o varios espejos. El hombre va con la cara pintada de blanco y círculos rojos en las mejillas. Usan gafas oscuras. En la mano derecha portan un machete de madera con el cual golpean el suelo y en la izquierda un muñeco o una vejiga de cerdo; en ocasiones, una culebra viva. Las telas usadas por los congos son brillantes y adornadas con lentejuelas, canutillos, cascabeles, etc.; el director de la danza, en lugar de turbante, lleva sombrero adornado con cintas de colores, lo cual lo distingue
de los demás. La mujer lleva faldas con volantes (con pollerín), estos son de los colores que identifican a la danza respectiva. La blusa es escotada, también con dos o tres volantes y sin mangas. Portan flores en la cabeza y como accesorios, profusión de aretes y collares.

La tradición de los Congos y la Danza del Torito
Una de las más antiguas danzas de congos en el Carnaval de Barranquilla es la Danza del Torito, que existe desde 1878 en una sucesión de padres a hijos (la familia Fontalvo, residenciada en Rebolo, uno de los barrios fundacionales de Barranquilla). Las de congos, como todas las danzas grandes tradicionales del carnaval barranquillero, tuvieron su origen en los
cabildos de negros esclavos de la Cartagena colonial. Los señores esclavistas daban licencia a sus siervos africanos para festejar con sus propios bailes y “toques” de música las celebraciones religiosas cristianas. Los negros a su vez se organizaban agrupándose por sus naciones de origen. Estos grupos eran los cabildos, entre ellos el de los negros congoleses (traídos de la vasta región del antiguo Congo Belga). Con la abolición de la esclavitud, las danzas de
los cabildos desaparecen de Cartagena pero su música y tradición pasa a ser conservada en las riberas del Canal del Dique, como parte de los llamados sones de negro. De allí, siguiendo siempre la vía fluvial, hacia la mitad del siglo XIX viene a dar a Barranquilla y se instala entre las comunidades populares de descendientes afrocaribes. Aquí, se concentran inicialmente en el Barrio Abajo (del Río), donde surgen las danzas del Congo Grande y del Toro Grande.
Posteriormente nacen en el Barrio Arriba (del Río) --ó Rebolo-- las danzas del Garabato y del Torito. El nombre de esta última danza obedece a que, en sus comienzos, eran mayoría los disfrazados de toro que los de negros congos pues eran jóvenes disidentes de la “fauna menor”
de la danza del Congo Grande, donde venían siendo relegados a un segundo plano por sus mayores, ellos sí --casi todos-- negros congos.Hasta hace apenas 15 o 20 años, las danzas de
congo hacían gala de su condición guerrera y protagonizaban erdaderas batallas campales contra ongos de otros barrios u otras danzas rivales, usando principalmente como arma el machete de madera o la vejiga de cerdo. Los congos ganadores del combate callejero terminaban humillando y pisoteando la bandera de la danza rival. Quizá por esta razón de fuerza, las danzas de congos no admitían en principio mujeres sino, a lo sumo, hombres disfrazados
de mujer. La máscara del disfraz de torito es (entre las de fauna, pues también las hay de tigre, burro, perro, pantera, mico, gorila, elefante, pájaros diversos) quizá la más conocida y tradicional del carnaval barranquillero. La máscara puede ser de madera o moldeada en papel maché. Predominan en la máscara del Torito los colores blanco, negro, amarillo y rojo. Sus cuernos son auténticos del animal y sus puntas van festonadas con cascabeles, cintas y pañuelos
multicolores. En esta máscara existe la fuerte presencia de un antiguo tótem tribal, donde el mito universal del toro (como virilidad, bravura, vitalidad y poderío) vino a simbolizar sus vertientes africana y mediterránea mediante un fenómeno sincrético tan envolvente y arrollador como es el Carnaval del Caribe --en este caso--, por antonomasia, el Carnaval de Barranquilla


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